jueves, 9 de diciembre de 2010

El hurgón mágico


"Deambulo por la isla, inventándola. Le hago un sol, y árboles -pinos y abedules y cornejos y abetos- y hago que el agua lama las guijas de sus costas abandonadas. Esto y más: deposito sombras y humedad, tejo telarañas y desperdigo ruinas. Sí: ruinas. Una casa solariega y casitas para los huéspedes y cobertizos para los botes y un embarcadero. Terrazas, también, y casetas de baño e incluso una torre de observación. Todo destruido, con las ventanas rotas y con nombres en las paredes y con cagadas. Impongo un caluroso silencio de mediodía, una profunda y pesada quietud. Pero puede ocurrir cualquier cosa."

Robert Coover; El hurgón mágico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

..."Pero puede ocurrir cualquier cosa".Me pregunto qué significa "cualquier cosa".Desconozco la obra.No sé a qué parte de la novela corresponde el extracto.Me digo que quizá sea un comienzo...quizá un final. Preferiría que fuese un comienzo.Yo también invento cualquier cosa al imaginar que bajo esas ruinas y quietud pueda haber a cientos de metros de profundidad una gruta pequeña en donde, gota a gota, se filtra agua de esa humedad de las paredes.
Sigo imaginando que,después, ese cualquier cosa sea el sol quemando todo lo que se encuentra en la isla hasta dejar las piedras mondas.Imagino que, por una vez,no haya princesas ni príncipes al final del camino, que no haya princesas que salvar en ninguna torre alta.Invento que nadie, nunca, bajará a ninguna cueva a bañarse bajo la luz de la luna, mientras otros lloran a sus muertos.Invento que esa isla sea un cuenco rebosante de agua limpia, brillando como un espejo a la luz del dia. Imagino que la humanidad tuviese un cuerpo y una sola mano con la que alzar esa copa y beber de ella y que nadie, nunca más, oyese hablar de príncipes y princesas o de cualquier cosa mientras asiste impotente a la contemplación de sus ruinas mondas y descarnadas.
Cualquier hombre sabe de esta soledad sin reino,cualquiera que mire su rostro quemado por un sol implacable.Esas ruinas que dejó el tiempo en una isla cualquiera... ojalá que algún día fuesen un comienzo.

Un abrazo